Historias religiosas

La historia de Muadh bin Jabal

Moaz bin Yabal

Él es Muadh bin Jabal bin Amr bin Aadh, el maestro Imam Abu Abd al-Rahman al-Ansari al-Khazraji, apodado Abu Abd al-Rahman en honor a su hijo Abd al-Rahman.

Muadh se convirtió al Islam cuando tenía dieciocho años y juró lealtad al Mensajero de Dios, que la paz y las oraciones de Dios sean con él, con el Ansar, el segundo juramento de lealtad hacia él, y era un hombre joven. La paz y las bendiciones de Dios sean con él. Hizo una hermandad entre él y Jaafar bin Abi Talib, Dhul-Janahain.

Islam Moaz bin Yabal

Muadh bin Jabal, que Dios Todopoderoso esté complacido con él, era un gran enemigo de los ídolos, los despreciaba y los subestimaba para su pueblo. Para darse cuenta de que no es digno de adoración, Ibn Hisham menciona en la biografía que Amr bin Al-Jumuh, antes de convertirse al Islam, tenía en su casa un ídolo de madera llamado Manat, una escalera, y en ella la inmundicia de la gente y su suciedad, se inclinó sobre su cabeza, y cuando Amr amaneció, dijo: "¡Ay de ti, que transgrediste contra nuestros dioses esta noche?" Luego lo busca, y cuando lo encuentra, lo lava, lo purifica y lo perfuma, luego dice: En cuanto a Dios, si supiera quién te hizo esto, lo guardaría, y si llega la noche y Amr dormía, lo atacarían, y le harían lo mismo, así que lo encontrarían con la misma cantidad de daño en el que estaba, así que lo lavaría y lo purificaría y lo perfumaría, luego contarían cuando anocheciera. viniera, harían con ella como lo hicieron, y cuando la aumentaron, la extrajo diariamente en términos de fuerza, así que la lavó, la purificó y la perfumó, luego trajo su espada y la colgó en ella, entonces dijo : Por Dios, no sé quién hará lo que ves, si hay algo bueno en ti, entonces abstente, porque esta espada está contigo. Atardecer y Amr durmió sobre ella, le quitaron la espada del cuello, luego tomaron un perro muerto y lo ataron con una cuerda, luego lo arrojaron a un pozo de los pozos de Bani Salamah, en el que la gente excretaba, luego mañana Amr bin Al-Jumuh no lo encontró en el lugar donde estaba, entonces salió siguiéndolo hasta que lo encontró en aquel pozo de espaldas acoplado con un perro muerto, y al verlo y ver su estado, uno de los hombres de su pueblo le habló, así que abrazó el Islam, que Dios tenga piedad de él, y mejoró su Islam.

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